
Un acuerdo de cese al fuego entre Israel y las facciones palestinas en Gaza entró en vigor en la madrugada de este jueves, poniendo fin, al menos temporalmente, a una semana de intensos enfrentamientos que dejaron cientos de víctimas y daños significativos en la Franja. La tregua, mediada por Egipto y respaldada por la comunidad internacional, busca aliviar la grave crisis humanitaria en el territorio, donde miles de familias han quedado desplazadas tras los bombardeos y los ataques indiscriminados.
El alto al fuego fue recibido con alivio, pero también con escepticismo por parte de ambas partes. Mientras líderes palestinos enfatizaron la necesidad de que se respete el acuerdo y se levanten las restricciones al movimiento de bienes y personas en Gaza, Israel reiteró que la tregua está condicionada a la ausencia de ataques desde el enclave. Por su parte, organismos humanitarios instaron a aprovechar esta pausa para permitir el ingreso de ayuda urgente, incluyendo alimentos, medicinas y combustible, fundamentales para los hospitales que operan al borde del colapso.
Analistas advierten que, aunque el cese al fuego representa un momento de calma, las causas subyacentes del conflicto siguen sin resolverse. La ocupación, los bloqueos y la falta de un diálogo político efectivo mantienen la región en un estado de tensión permanente. La comunidad internacional, a través de Naciones Unidas y otras organizaciones, ha llamado a reiniciar las conversaciones de paz y trabajar hacia una solución sostenible que garantice seguridad y dignidad para israelíes y palestinos.
Nota de: Andrea Duque